domingo, 20 de septiembre de 2015

ARQUITECTO Antoni Gaudí

(Reus, España, 1852 - Barcelona, 1926) Arquitecto español. La obra de Antoni Gaudí se inscribe dentro del movimiento modernista, aunque lo supera ampliamente por la originalidad de sus concepciones y su capacidad para romper moldes y crear nuevas soluciones.

Antoni Gaudí
Nacido en el seno de una familia de caldereros, se trasladó a Barcelona para estudiar arquitectura, disciplina en la que se graduó en 1878. Inicialmente colaboró en algunos despachos de renombrados arquitectos de la época (con José Fonseré proyectó la cascada, las rejas metálicas y las puertas del parque de la Ciudadela de Barcelona), antes de abordar en solitario el proyecto de la Cooperativa Mataronense, un ambicioso complejo del que sólo se llevaron a cabo la fábrica y un quiosco de servicios.
Los primeros años de Gaudí fuera de la escuela de arquitectura los dedicó a jugar con formas ya existentes, en concreto con el gusto gótico por las agujas, arcos ojivales y columnas. El trabajo de Eugène Viollet-le-Duc le resultaba particularmente interesante. Este famoso arquitecto francés del siglo XIX se centró principalmente en la restauración de viejas catedrales y castillos, con un entusiasta enfoque en la estructura del edificio y un fuerte estilo gótico.
El enfoque arquitectónico de Gaudí suele comenzar con formas orgánicas y biomórficas desde las que escalaba a un collage artístico de pensamientos, sentimientos y estados de ánimo. Muchos de sus trabajos están construidos por formaciones fluidas, blandas, más que líneas duras y sólidas; por ejemplo, la Casa Milá ("La Pedrera"), cuyo exterior imita a las olas del mar en movimiento. El tejado con terraza del edificio ofrece una mirada muy característica a "lo gaudiesco", con sus chimeneas irregulares como soldados, cubiertas de azulejos multicolor rotos.
La Casa Batlló es otra de las creaciones más representativas de Gaudí, y es un edificio verdaderamente espectacular creado para cautivar la imaginación de aquel que lo mire. Enfrentado con la tarea de -simplemente- restaurar la fachada de este edificio, Gaudí dio alas a su talento creativo y produjo una representación perfecta de su visión artística. Y eso es exactamente el estilo de Gaudí: llevar los límites de lo que es posible crear como arquitecto, y crear edificios completamente únicos. Desde la realización de la fachada multicolor de la Casa Batlló, con brillantes trozos de cristal adornando sus paredes y su tejado escalonado como la inmensa espalda de un dragón, nada ha llegado siquiera a rozar ese nivel de fantasía en un edificio funcional. La Casa Batlló es algo más parecido a un edificio de Disneyland que a un edificio de una calle normal de Barcelona. Y ahí sigue en pie, iluminando los días de los paseantes e inspirando a todo aquel que lo mira. Un poco de diversión entre la bruma de una metrópoli moderna.
En 1883 fue nombrado arquitecto del templo expiatorio de la Sagrada Familia, la obra que ocupó toda su vida y que se considera su principal realización artística, a pesar de que quedó inconclusa y sin un proyecto bien definido. En los primeros años, se ocupó de la construcción de la cripta (1883-1891) y el ábside (1891-1893) y compaginó su trabajo en el templo con diversos encargos civiles, como la villa denominada El Capricho, en Comillas, o la casa Vicens, en Gracia, para Manuel Vicens.
Por entonces entró en contacto con el conde de Güell, con quien mantuvo una relación casi de mecenazgo renacentista. Güell le encargó en primer lugar algunos pabellones para su finca de Pedralbes y el palacio de la calle Nou de la Rambla (1886-1891), donde Gaudí introdujo nuevos elementos constructivos como el arco parabólico. Luego se ocupó del colegio de las teresianas de la calle de Ganduxer y del palacio episcopal de Astorga, que no terminó a consecuencia de la muerte de su mentor, el obispo Juan Bautista Grau Vallespinós.

Detalles de la casa Batlló y el parque Güell
Bastan estas obras de la primera época para individualizar algunas de las constantes de la arquitectura gaudiniana, desde su peculiar recreación del gótico hasta su predilección por las formas curvas y dinámicas, la aplicación a la arquitectura de técnicas de decoración artesanas (vidrieras, hierro forjado, muebles diseñados por él mismo) y su singular empleo de los mosaicos de fragmentos de cerámica de vivos colores.
En 1891 abordó la fachada del Nacimiento de la Sagrada Familia, de cuyas cuatro torres sólo se había construido una a la muerte del arquitecto, la que dio la pauta para el bosque de torres en que debía convertirse el templo. Poco después de 1892, los Fernández y Andrés le encargaron una casa en León, conocida como Casa de los Botines, y por las mismas fechas realizó un proyecto de misión para Tánger que no se llevó a cabo. En lo sucesivo, sus principales encargos fueron inmuebles de pisos, como la casa Calvet, la casa Batlló y la casa Milà, más conocida como La Pedrera y culminación en cierto modo del genio de Gaudí por la singular concepción de su fachada ondulada de piedra y hierro forjado y por el conjunto de chimeneas helicoidales de la azotea.

Templo de la Sagrada Familia
(fachada del Nacimiento)
Su mentor, Eusebio Güell, le confió dos encargos de gran envergadura: una colonia obrera en Santa Coloma de Cervelló, de la que sólo se completó la iglesia, sorprendentemente integrada en el paisaje, y una ciudad-jardín, que también quedó inconclusa y es en la actualidad un parque público (el parque Güell), que integra los distintos pabellones realizados por el arquitecto, así como un espacio columnado (que según el proyecto original debía destinarse al mercado) y la plaza, con un original banco corrido de azulejería.
En el año 1926, cuando murió atropellado por un tranvía, Gaudí era un arquitecto reconocido por sus coetáneos dentro y fuera de las fronteras españolas, pero su singular genio innovador y creativo no fue aceptado universalmente hasta bastantes décadas más tarde. En la actualidad, su figura es internacionalmente reconocida y su obra se cuenta entre las más admiradas de la arquitectura de todos los tiempos.

Obras famosas

  • Farolas de la Plaça Reial, Barcelona, España (1878)
  • Casa Vicens, Barcelona, España (1878-1880 Patrimonio de la Humanidad UNESCO desde 2005)
  • Trabajo en la Sagrada Familia, Barcelona, España (1884-1926 Fachada del Nacimiento y Cripta - Patrimonio de la Humanidad UNESCO desde 2005)
  • Palau Güell, Barcelona, España (1885-1889 Patrimonio de la Humanidad UNESCO desde 1984)
  • Cripta de la Colonia Güell, Santa Coloma de Cervelló, Catalunya (1898-1916 Patrimonio de la Humanidad UNESCO desde 2005)
  • Casa Calve, Barcelona, España (1899-1904)
  • Parc Güell, Barcelona, España (1900-1914 Patrimonio de la Humanidad UNESCO desde 1984)
  • Casa Batlló, Barcelona, España (1905-1907 Patrimonio de la Humanidad UNESCO desde 2005)
  • Casa Milá, Barcelona, España (1905-1907 Patrimonio de la Humanidad UNESCO desde 2005)


DATOS IMPORTANTES E INTERESANTES.
Gaudí fue un arquitecto con un sentido innato de la geometría y el volumen, así como una gran capacidad imaginativa que le permitía proyectar mentalmente la mayoría de sus obras antes de pasarlas a planos. De hecho, pocas veces realizaba planos detallados de sus obras; prefería recrearlos sobre maquetas tridimensionales, moldeando todos los detalles según los iba ideando mentalmente. En otras ocasiones, iba improvisando sobre la marcha, dando instrucciones a sus colaboradores sobre lo que debían hacer.
Dotado de una fuerte intuición y capacidad creativa, Gaudí concebía sus edificios de una forma global atendiendo, tanto a las soluciones estructurales, como las funcionales y decorativas. Estudiaba hasta el más mínimo detalle de sus creaciones, 

Una de sus muchas innovaciones en el terreno técnico fue la utilización de una maqueta para el cálculo de estructuras: para la iglesia de la Colonia Güell construyó en un cobertizo junto a las obras una maqueta a gran escala (1:10), de cuatro metros de altura, donde instaló un tablero de madera —fijado en el techo— donde había dibujado la planta de la iglesia; de los puntos que en este dibujo representaban los elementos sustentantes del edificio —columnas e intersección de paredes— colgó unos cordeles de los que pendían saquitos de tela rellenos de perdigones de plomo —cuyo peso era proporcional a las cargas—, que así suspendidos, y por efecto de la gravedad, daban la curva catenaria resultante, tanto en arcos como en bóvedas. De aquí sacaba una fotografía, que una vez invertida daba la estructura de columnas y arcos que Gaudí estaba buscando. Sobre estas fotografías Gaudí pintaba, con gouache o pastel, el contorno ya definido de la iglesia, remarcando hasta el último detalle del edificio, tanto arquitectónico como estilístico y decorativo.


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